A propósito de las festividades de día de muertos y de la nota periodística publicada en el diario El Universal, del martes 3 de noviembre de 2009, elaborada por Evangelina Hernández e Ignacio Alvarado: Los trágicos últimos días de un hombre de Estado.
Deseo hablar con los muertos y comenzar por Luis Santiago Vasconcelos, continuar con Luis Don Aldo Colosio Murrieta, luego Alfonso Reyes Ochoa, Daniel Cosío Villegas, Antonio Caso Andrade, pasando por Don Benito Juárez García… y terminar la charla con Mariano Otero, Servando Teresa de Mier; de ser posible, hasta con el mismo José María Morelos y Pavón. Todos Hombres de Estado, de naturaleza fuerte, de mente grande, de espíritu inquebrantable; nada que ver con la mayoría de los hombres que dicen dirigen nuestro Estado Nación.
Hemos de conocer y aprender de estos Hombre, para mejor conducir la vida pública de nuestro México, así como, la vida en sociedad de 107 550 697 de hombres y mujeres.
Muchos de los problemas que ellos enfrentaron siguen vigentes, la situación no ha cambiado; por el contrario, ha empeorado. Solo hay que mirar; pero no solo las cifras, que por demás son en su mayoría negativas, sino a la condición precaria de las familias mexicanas: del padre de familia desempleado, del ama de casa violentada, del hijo en el “hogar” abandonado, del mal humor y estrés que se manifiesta en el transporte público y privado, la violencia de la delincuencia organizada en todos los estados: de la A a la Z; no hablemos de la corrupción: “condición necesaria para que la maquinaria funciones” ¿Les suena?
Como no recordar a los muertos, como no vivir como ellos vivieron, formémonos en su conocimiento y formémonos por amor a México.
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